• MACHETTES

















    El genocidio de Ruanda empezó oficialmente el 6 de abril de 1994, cuando el avión que transportaba al presidente del país, miembro de la mayoría hutu, fue derribado. Todas las personas a bordo murieron. En pocas horas, extremistas hutus (Interahamwe) tomaron el poder y una ola de asesinatos se desató contra la minoría tutsi y un número indeterminado de hutus moderados. En 100 días se exterminó al 75% de la etnia tutsi, entre 800 mil y un millón de personas. Las causas tienen relación con la posesión de las riquezas naturales del país. Los tutsis, en su mayoría ganaderos, habían sido favorecidos por los colonialistas alemanes, y cuando estos fueron derrotados y sustituidos por los belgas, siguieron con la misma política, en detrimento de los hutus. Así, mientras los tutsis recibían una cierta educación y sus jefes promovidos a puestos de responsabilidad política, los hutus, agricultores en gran medida, eran discriminados y se les negaba el acceso a la enseñanza. Así, siendo mayoritarios en el país, eran sometidos por la minoría tutsi.

    Niños mirando a la pared, de espaldas, ofreciendo la nuca, etiquetados con un número y “ahogados” por trazos del atroz relato de A Time for Machetes, de Jean Hatzfeld. Un soldado, un fusil de asalto soviético Avtomat Kaláshnikova modelo 1947, más conocido por su acrónimo, AK-47, realizado en papel. Papel reciclado, papel de colegio, inocente e inocuo…